Taco, también conocido como el amigo bueno de nuestro protagonista Lusian, es uno de los personajes más relevantes de nuestra historia y como tal, es especial. Como ya se decía en el propio cuento que publiqué, y en la entrada donde presenté a todos los personajes, Taco tenía un don especial. Pertenecía a una familia humilde de los denominados excavadores, y por lo tanto, tenía un taladro por boca que le permitía excavar largos y profundos túneles pero que sin embargo, no le permitía hablar. Es por ello que conectó tan bien con Lusian, ya que ni él podía hablar ni nuestro protagonista oír por lo que ambos veían el mundo con otros ojos y se entendían de diferente forma que los demás.
Estos rasgos fueron los que quisimos representar a la hora de diseñar el personaje y de elaborar su correspondiente máscara. La máscara de Taco, como veremos, está hecha con una capa de papel de periódico pegado con cola diluida. Sin embargo, la piel, cuya elaborcaión fue realizada por Mario Membrillo, presenta un escamado de color negro y unos ojos saltones que intentan mostrar su jovialidad. Estos fueron los primeros pasos de esta máscara:
La segunda parte importante de la confección de esta máscara fue la realización e implantación del ya mencionado taladro. Esto lo quisimos hacer de forma que este rotara y fuera móvil, como si de un taladro real se tratase. La cosa era cómo hacerla. De esta segunda parte se encargó un servidor, estableciendo en primer lugar, un eje central con un palillo de madera sobre el que rotara el taladro. Sobre este eje, estaría situado el cono que no estaría fíjo, sino como ya hemos dicho, sería móvil. Elaboré un cono con cartulinas de dos colores (negro y amarillo) a medida de forma que abarcara toda la punta de la cara que había quedado sin escamas.
Una vez realizado el cono, había que unirlo a la máscara pasando por el eje por lo que me dispuse a fijar el eje dentro de la máscara (pues el otro extremo debía quedar sin pegar para que rotara). Esto lo hicimos con un trozo de cartón y silicona. Fue la parte más complicada pues al tener que pegar en el interior de la máscara, el espacio era reducido. Sin embargo todo resultó y aunque la rotación no era del todo fluida, sí que ejercía la función para lo que había sido concebido.
Una vez hecho esta parte, solo restó dejarlo todo secar y comprobar el resultado que fue más o menos satisfactorio. Por último, solo quedó que Mario le hiciera los ojos con alambres y tapones de reciclaje y voilà:
No hay comentarios:
Publicar un comentario