"LA VIDA ES DEL COLOR DE LOS OJOS QUE LA MIRAN"

viernes, 24 de abril de 2015

Nuestro cuento: "Lusian, un príncipe distinto"

“Lusian, un príncipe distinto”


Esta es la historia de un pequeño príncipe, que vivió antaño en un lejano reino del este. Él, llamado Lusian, pertenecía a la corte de los Cruspidors, familia real que gobernaba en aquellas tierras.  Su padre, el rey Jaka, casado con la reina Crintoria, ama y señora de dicho reino, era quien siempre había cuidado de él y era por ello que estaban muy unidos. El reino era aparentemente próspero, aunque solo para unos pocos ya que había mucha desigualdad entre las diferentes familias que lo componían. Eso unido a que la corte gobernaba sin tener eso en cuenta, hacía que las cosas fueran cada vez peor complicando la situación de muchas familias.

Nuestro príncipe,  tenía algo especial, algo que el resto de niños de su edad no tenían y no era precisamente su condición de príncipe. Lusian nació, para sorpresa de sus padres, con un par de preciosos cuernos que sorprendieron a todo el reino. Sin embargo, pese a su belleza, Lusian no podía oír nada ya que dichos cuernos se le habían formado en el lugar correspondiente a las orejas. Como era de esperar, dichos cuernos desconcertaron a sus padres que esperaban que su hijo fuera el futuro rey y que su sabiduría quedase para la historia. Pronto empezaron a notar que Lusian no era un chico normal y que sus reacciones eran a veces algo raras. No fue hasta pasados dos años cuando se empezaron a dar cuenta de que Lusian no tenía capacidad auditiva y que por lo tanto tenía ciertas dificultades para entender el mundo que le rodeaba y todo aquello que se le exigía como príncipe.

El día que comenzó a ir a la instrucción obligatoria con compañeros de su misma edad, estaba muy ilusionado y la experiencia no le defraudó. Pese a que algunos compañeros se alejaban de él, allí conoció a Taco con el que inmediatamente conectó perfectamente. Taco, pertenecía a una familia de excavadores, gente muy trabajadora y humilde y que muchas veces eran marginados ya que el poderoso taladro de su boca les impedía hablar y es por ello que no podían ni siquiera protestar. Puede que sea este el motivo por el que conectaron tan bien, ya que al no ponerse comunicar con el resto, tenían la posibilidad de huir de alguna forma, de la realidad que les rodeaba. Ellos dos eran ajenos a los comentarios de sus compañeros y completamente indiferentes hacia las directrices que la sociedad les imponía. En clase, no tardaron en desengancharse del grupo de compañeros pues las explicaciones de la profesora no eran entendidas por ellos ya que, por decirlo de alguna manera, estaban en un lenguaje que desconocían. Con el paso del tiempo, los compañeros, que constantemente se burlaban de ellos, dejaron de hacerlo por la indiferencia que Lusian y Taco mostraban hacia ellos. Se puede decir que la infancia de Lusian fue muy feliz, ya que disfrutaba viendo el mundo desde su óptica y disfrutando de su propia realidad sin que nadie influyese en ellas. Siempre se le podía ver jugando con Taco a escavar túneles en la tierra y corriendo libres por el patio. Taco no podía hablar pero sí oír, mientras que Lusian no podía hacer los segundo y sí lo primero por lo que se complementaban perfectamente y se entendían con solo mirarse, las palabras sobraban. Pese a que la infancia de Lusian fue muy feliz para él, la verdad que sus padres no lo veían así, pues para ellos, Lusian tenía un problema que truncaba todos los planes que tenían para él ya que nunca podría alcanzar la sabiduría que se le exigía para ser rey. La verdad es que la su madre, Crintoria lo repudiaba y recriminaba constantemente mientras que era su padre quien más lo defendía y cuidaba. Ambos estaban desesperados pues cuando trataban de que Lusian mejorase en la escuela y le castigaban o reñían, la reacción de Lusian era siempre lo contrario a lo que se podía esperar. Siempre les hacía caso sin rechistar pues él los quería mucho y pensaba que los castigos eran porque querían lo mejor para él. En las regañinas, Lusian nunca replicaba ni parecía preocuparse por las duras palabras de sus padres, lo que empeoraba la situación. Dichas broncas venían por las malas notas de nuestro protagonista. Lo que Jaka y Crintoria no sabían era la tremenda dificultad que suponía para Lusian seguir el ritmo de sus compañeros y las explicaciones de su profesora que eran incomprensibles para él.

A ojos de sus padres, Lusian era una decepción para la familia ya que no iba a poder nunca aspirar a la excelencia, al trono y demostrar que venía de una familia real y por lo tanto, especial. Sin embargo, aunque todos en la corte tenían a Lusian por un chico poto inteligente y se mofaban de la suerte de la familia real, lo que nadie sabía es que los cuernos que Lusian tenía contaban con una función especial. Y es que Lusian tenía el destino de ser el rey que cambiara el futuro de su reino y acabase con la espiral de decadencia en la que estaba sumido. Esos cuernos eran un regalo de los dioses que le otorgaban una sabiduría sin límites pese a privarle de uno de los sentidos fundamentales. Por lo tanto, aunque nadie era consciente de ello, Lusian era muy listo y era precisamente el no tener oídos lo que le permitía conservar esa pureza y no contaminarse por influencias externas que podrían desviarle de su destino. Gracias a los largos ratos junto a Taco, había podido ampliar su mundo interior y forjar su propia óptica de la realidad. La capacidad de Lusian para pensar por sí mismo era tal que lejos de marginar a Taco por su condición y por ser lo que la corte y su título le exigían, siempre optó por beneficiarse de todo lo bueno que este le podía aportar.
Los años pasaron, y tras una infancia de mucha lucha entre sus obligaciones como príncipe y su necesidad por conocer mundo. La reina legítima de aquel reino, es decir, su madre Crintoria, era la que mandaba en todos los asuntos de la corte. Un día, uno de sus  consejeros, llamado Druido, le desveló el secreto de los cuernos de Lusian. Resulta, que este mago visualizó el destino de Lusian, el poder se sus cuernos y su tremendo potencial e inteligencia para poder cambiar las cosas. Druido era un hábil mago de artes grises que era capaz de ver cosas que el resto no podía. Como es obvio, esto lo conseguía practicando extraños conjuros y rituales en su cueva del bosque. Es por ello, que no era un sabio al uso, pero contaba con una picardía increíble y sabía guiar a la reina por el camino adecuado y que a él le interesaba. Es por ello que convenció a la reina de practicar un extraño ritual que otorgaría orejas a Lusian y por lo tanto capacidad de oír, pero que sin embargo, le quitaría aquellos cuernos tan curiosos y los poderes que otorgaban a Lusian. Crintoria conocer a Jaka, pues este era a fin de cuentas un subordinado de ella y prácticamente no tenía voz. Como Lusian siempre se fió de sus progenitores, accedió a tan cruel ritual con la esperanza de poder oír al fin. Crintoria llevó una oscura tarde a Lusian a la cueva de Druido y éste, invocando a los poderes oscuros elaboró una poción con zumo de ciruela, pétalos de rosas y escamas de un pez-palo. Esta poción hizo el efecto deseado, quitándole los cuernos a Lusian y otorgándole orejas pero no sin hacerle sufrir tremendos dolores. Sin embargo, Druido tenía otros intereses ya que elaboró un amuleto en secreto que tenía la capacidad de atrapar y recoger los poderes de los cuernos de Lusian, la sabiduría. Con lo cual, mediante un conjuro oculto, Druido traspasó los poderes de los cuernos a dicho objeto que consistía en una extraña medalla y lo guardó a buen recaudo. Al anochecer de aquel día, Lusian ya tenía una forma diferente, tenía orejas y definitivamente podía oír y entender todo lo que decían los que estaban a su alrededor. En un primer momento, se puso muy contento, pues se le habrían abierto nuevas puertas y ahora entendía muchas cosas que antes no. Empezó a hacer más amigos y eso le llevó a empezar a estar mejor considerado lo que le llenaba de satisfacción. Sin embargo, inexplicablemente, su relación con Taco se hizo cada vez más difícil y cuando Lusian quería ir a jugar con sus otros amigos, encontraba que Taco no estaba a gusto. Por lo tanto, cada vez la distancia entre ambos se iba ampliando más y más.


Con el paso del tiempo, Lusian terminó la instrucción correctamente lo que significó su separación definitiva de Taco ya que ambos tenían ahora nuevas obligaciones: Taco en la montaña excavando y Lusian en la corte. Un día, Jaka, el padre de Lusian murió en extrañas circunstancias mientras dormía por lo que nuestro protagonista fue coronado nuevo rey bajo la supervisión de su madre. Todo siguió igual, Lusian gobernaba y hacía caso a todo lo que su madre le decía. Sin embargo, había algo que no le llenaba, algo que le disgustaba y es que con sus nuevas orejas ahora escuchaba muchas cosas que le deprimían y le desconcertaban. Pudo ver como algunos hablaban a espaldas de otros, se criticaban, como las palabras eran usadas muchas veces para humillar y hacer daño, cómo ahora que no estaba sordo, sentía un imposición de unas determinadas directrices por parte de la sociedad de su reino.


Druido

Pasaron los años, y un día el destino quiso que, estando paseando Lusian y su madre, se tropezaran con alguien tirado en el suelo, era Taco. Éste estaba reventado de trabajar y no podía ni levantarse. Lusian se compadeció y le ayudó llevándoselo a su casa y curándolo pese al desacuerdo de su madre. Crintoria, conocedora de la condición de Taco y del pasado que había compartido con su hijo, no quería que este volviese a influir en Lusian. Y es que, desde que este último fue coronado rey, no había vuelto a ser el mismo, gobernaba sin ilusión y acatando las órdenes y consejos de su madre. Por lo tanto, Lusian estaba atado, acataba la voluntad de su madre a quien consideraba su más sincera consejera. Es por ello, que Taco era un peligro para los propósitos de la reina madre, ya que podría llegar a abrirle los ojos a Lusian y que este se diera cuenta de su ignorancia. 

Como Lusian había acogido a Taco en su morada, la malvada reina trazó un plan para deshacerse lo antes posible de Taco. Para ello, pidió ayuda al tenebroso Druido, el cual creyó que era el momento para sacar de su escondite el colgante donde había metido los poderes de Lusian y se lo entregó. Si bien, Lusian nunca tuvo poderes como tales, los cuernos le concedían la capacidad de ser independiente, pensar por sí mismo, forjar su propia idea de la realidad y gobernar con honor, criterio y buen hacer. Ahora, esa capacidad para abstraerse de las opiniones ajenas y pensar por sí mismo le había sido robada y estaba en manos de quien quería impedir que su destino se cumpliera. Crintoria, haciendo uso del amuleto, convenció en a su hijo de que echara a Taco de la corte y mediante una serie de mentiras consiguió también que el rey accediera a castigarlo por supuestos delitos durante los años anteriores. Aunque parezca mentira, Lusian acabó encadenando a taco y ordenó que le dieran 100 latigazos, cegado por las órdenes de su madre que poseía el amuleto. Comenzaron los azotes, 1,2,3,4,5,6… Aunque Lusian contemplaba a su amigo sufriendo sin inmutarse, algo dentro de él le decía que aquello no estaba bien, algo comenzaba a despertar…


FIN

Esta es nuestra propuesta inicial del cuento que, como podéis observar, está inacabado. Esto es debido a que nuestra unidad didáctica está pensada para que nuestros alumnos tengan que acabarlo mediante la realización de una serie de actividades. Es por ello que el final es abierto para que cada lector lo imagine como quiera en base a lo que le haya sugerido la historia. El cuento creemos que trabaja una serie de valores y termina con el planteamiento de un dilema moral que cada lector podrá resolver a placer. 

Esperamos que os haya gustado, ¡un saludo!

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